Jamás en la historia del sector de elaboración de aceite de oliva se había producido una situación similar. Una mala cosecha que ha llevado a todos los eslabones de la cadena de valor a perder dinero, de una u otra manera. Dicha pérdida se ha complementado con el incremento de precio de los fertilizantes, combustibles, energía, así como el incremento de los tipos financieros. Esta campaña y su entorno están poniendo en situación de vulnerabilidad extrema a los integrantes de la cadena del sector oleícola.

Contar con ayuda se hace necesario en situaciones de debilidad para afrontarlas con garantías y superarlas. La previsión, preparación y la acción son las vías para tener éxito en estos difíciles momentos. Esperar al último momento puede ser devastador.

Las expectativas de cosecha para la próxima campaña no son mejores. Nos encontraremos con un enlace casi nulo de esta y una cosecha similar o incluso peor. Esto hace que la oferta (producción más enlace) para el próximo año agrícola sea, a todas luces, inferior a la demanda potencial. El único mecanismo que regula una potencial situación de desabastecimiento es el precio. Luego los pecios no dejarán de subir. Esta autorregulación del mercado provoca un descenso irremediable del consumo, para que éste, por vía del precio, se ajuste a la oferta real. Por tanto, las subidas de precio irán deteriorando el consumo de forma gradual, llevando a las familias a un desabastecimiento parcial provocado por las altas cotizaciones en el lineal.

Esta situación de elevados precios, batiendo récords de cotización cada semana, y pérdida de consumo no es idónea para el sector oleícola.

El cambio del ciclo actual, que llegará, invertirá la situación de oferta y precios de forma abrupta, provocará unos efectos devastadores en el sector, por cuanto los costes de producción seguirán elevados y el consumo deteriorado, en un escenario de exceso de oferta, por lo que los precios caerán batiendo igualmente récords, pero a la baja.
Dicho cambio de tendencias se dará por la combinación producida entre los vectores: clima, superficie y producción, con un consumo resentido.

Te ayudamos restando incertidumbre a tus decisiones con previsiones futuras de realidad, análisis de viabilidad, estudio de la vulnerabilidad de la organización, planes de crisis y, en definitiva, diagnosticar dónde están tus potenciales riesgos, para evitarlos durante la transición de esta época que describimos.

Este es el entorno que nos espera, cisternas con precios inimaginables semanas atrás, menor cantidad de dinero en poder de las empresas, mayores tipos de interés, tensiones en los intercambios por el modo de pago. Por lo tanto, una situación perversa, con unos efectos devastadores en la cuenta de resultados, que vuelven a las organizaciones más endebles y vulnerables, y sus beneficios nulos, o transformados en pérdidas, todo ello agravado por la sucesión de dos campañas anómalas.

Juan Vilar