La gran mayoría de las personas con enfermedad mental que son usuarias de la asociación, no trabajan, debido a este hecho, es significativa la presencia de un exceso de tiempo libre, así como bajos niveles de ocupación del mismo.

Las actividades de ocio constituyen un elemento clave para el establecimiento de la estabilidad emocional, así como un derecho humano. Además son importantes porque reducen algunas sintomatologías psicóticas, así como la irritabilidad y conductas depresivas, aumenta el interés social y su motivación por el tratamiento, e impide la pérdida de habilidades.

Forma parte en el proceso de integración de la persona con enfermedad mental, ofreciéndole la oportunidad de aumentar y/o mejorar su calidad de vida, autonomía y manejo de las relaciones sociales y familiares.

 

La Fundación Caja Rural apuesta un año más por este proyecto de gran impacto entre los usuarios del recurso y sus familiares, mejorando la calidad de vida y facilitando el trabajo en habilidades sociales y emocionales.