Los olivos, posiblemente,  más antiguos del planeta se encuentran en Bchaaleh, El Líbano. Son 11 en total, y han sido testigos de todos los grandes cambios que se han producido a lo largo de sus 6000 años de vida. 

Algunos historiadores se refieren a estos árboles como los olivos del Arca de Noé. Después del Gran Diluvio, cuando Noé envió a la paloma a volar en busca de tierra, se dice que encontró los olivos de Bchaaleh, que estaban plantados a unos 1.300 metros de altitud sobre el nivel del mar. Entonces, tomó una de sus ramas con el pico y voló de regreso al arca, demostrando que el diluvio había terminado. 

No cabe duda de que son, de los olivos, más antiguos del mundo, que datan de una era desconocida de la civilización. Este singular olivar sigue existiendo y produciendo aceite, no siendo solamente especial por la edad de los árboles de donde proviene el fruto, sino que también por la calidad superior basada en el modo de elaboración de su aceite. Todo el proceso, que es completamente manual y sin exposición al oxígeno, desde la cosecha, al embotellado, se realiza en menos de 4 horas. 

Este singular aceite se produce en cantidades muy limitadas, con menos de 5.000 botellas anuales, convirtiendo en un aceite exclusivo y gourmet, algo que lo hace aún más valioso. 

Curiosamente, es que es una organización sin ánimo de lucro la que se dedica a la preservación del antiguo olivar ubicado en la montaña de Bchaaleh.