El contenido de nutrientes en la savia circulante del olivo puede servir para detectar deficiencias nutricionales y programar y realizar un abonado de precisión.
El método más extendido actualmente para el diagnóstico nutricional en olivo es a través de la hoja. Sin embargo tenemos valores de referencia solo para el mes de julio, el hierro no se puede diagnosticar a través del análisis foliar y para el azufre no tenemos unos valores de referencia. Estas son algunas de las dificultades para la utilización de este material.
La savia puede ser una buena alternativa. Para ello estamos desarrollando un proyecto de Grupos Operativos (GOP31-JA-16-0010) en el que hemos estudiando la savia del olivo para utilizarla como material en el diagnóstico de las necesidades nutritivas del olivar. Este Grupo Operativo, SAVIAOLIVAR, se compone de 5 miembros: Universidad de Granada, Cortijo Guadiana y Almazara la Loma de Castillo de Canena, Asociación Técnica de Producción Integrada de Olivar y Fundación Caja Rural de Jaén.
En este trabajo se han analizado suelos tomados del bulbo húmedo, hojas y savia a lo largo de 2 años con muestreos mensuales de estas tres matrices, lo que permitió elaborar curvas de evolución para este periodo con el objeto de comprobar si la savia es un material sensible y útil para este diagnóstico y de serlo, qué momentos serían los más adecuados para la utilización de este método. Se muestrearon 6 fincas, de la variedad picual y hojiblanca, repartidas entre Jaén, Granada, Sevilla y Córdoba, todas ellas de riego y en producción integrada.
Para la extracción de la savia se utilizó una adaptación de la cámara de Scholander, que nos permite dar cabida a las ramas de olivo, de las que se extrae la savia circulante por presión con gas nitrógeno (Figura 1).
El volumen de información recogida es realmente muy alto y haremos referencia a algunos de los resultados. Entre ellos, encontramos que aunque el pH de los suelos oscilaba entre 7,5 y 8,5, un poco más bajas para Osuna (Sevilla) y Hornachuelos (Córdoba), sin embargo, en savia el pH es neutro, oscilando de ligeramente básico a ligeramente ácido y cuando estas oscilaciones se daban en savia las podíamos relacionar con el aporte foliar de nitrato potásico, por ejemplo. Esto es indicativo de la sensibilidad del análisis de savia y su relación inmediata a los cambios externos o a los tratamientos aplicados.
Las correlaciones observadas entre savia y hoja vimos que eran menos frecuentes y menos robustas que entre savia y suelo a pesar de la diferencia entre los dos medios. La hoja tiene muchos de los elementos estudiados incluidos en sus estructuras y actúa como sumidero y/o almacén de muchos de ellos. En la savia estamos midiendo los elementos que están circulando en un momento determinado en el que se hace la medida y está relacionado con la disponibilidad del elemento analizado (por ejemplo, el aporte por abono foliar o fertirriego o el movimiento de nutrientes en suelo ligado a las precipitaciones) y con las necesidades relacionadas con estados fenológicos, por ejemplo el desarrollo del fruto.
Es interesante mencionar el caso del potasio; durante los meses de septiembre, octubre y en ocasiones también noviembre, se observa, en hoja, un descenso en la concentración de este elemento en todas las explotaciones, aunque con ligeras diferencias respecto al inicio de este descenso (Figura 2). Esta dinámica es muy diferente a la observada por otros autores (Fernández-Escobar et al., 1999; Nieto et al., 2017) que han señalado un descenso paulatino en las concentraciones de potasio en hoja cuando esta es joven, momento en el que se miden las concentraciones más elevadas (Figura 3).
La aplicación de abono foliar en la primavera y el fertirriego en verano, han cambiado la dinámica del potasio, reflejándose en las curva para las hojas y es al llegar los meses de septiembre y octubre cuando se produce una salida generalizada de potasio de la hoja, hecho que coincide con un aumento de este nutriente en savia, lo cual sugiere una relación con las necesidades que va a presentar el fruto (Figura 2).
En el caso de la dinámica para calcio y magnesio a lo largo del periodo estudiado observamos que los movimientos de estos elementos son muy similares en los tres materiales analizados, suelos, hojas y savia. Además el calcio en savia se correlacionaba de forma positiva con la conductividad eléctrica y la concentración de magnesio en suelo.
Observamos correlaciones negativas entre el fosfato en savia y calcio en suelos, lo que se podría justificar por el hecho de que al aumentar la concentración de calcio en la solución del suelo disminuye la absorción de fosfato y con ello su presencia en savia.
Los resultados obtenidos para todos los nutrientes se pueden consultar en la página web del proyecto https://saviaolivar.eu/ en donde se encuentra la memoria de resultados.
Este proyecto desarrollado entre 2018 y 2019 tiene una continuidad en los actuales trabajos, mediante otro proyecto de Grupos Operativos, a través de los cuales trataremos de encontrar unos valores adecuados en savia para hacer el diagnóstico nutricional de cada elemento y a su vez la diagnosis de patógenos a través, también, de la savia.
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