La mosca del olivo (Bactrocera oleae) es una de las principales plagas del cultivo del olivo en España. Puede producir pérdida de cosecha, por caída de fruto “picado” (que es la denominación coloquial de la aceituna que alberga huevos o larvas de este díptero) y/o pérdida de calidad del aceite a causa de los microorganismos, hongos y bacterias, que pueden proliferar en las galerías que horada la larva.
La mosca del olivo tiene al menos dos generaciones, una en verano que puede dar lugar a los daños cuantitativos (caída de fruto) y otra de otoño, en la que predominan los daños cualitativos (calidad del aceite) a los que se añaden pérdidas de cosecha.
La temperatura óptima oscila entre los 23-29ºC, por encima de 35ºC la mosca detiene su actividad y a más de 40ºC muere buena parte de la población.
Teniendo en cuenta la importancia de la temperatura, puede anticiparse que la intensidad de ataque de las generaciones está muy condicionada por los valores térmicos. En zonas de veranos cálidos y prolongados, la generación de verano transcurre casi inadvertida, lo contrario de aquellos otros olivares de veranos frescos. De igual manera, en zonas de otoños cálidos puede encajarse una segunda generación otoñal.
Para el seguimiento de la mosca del olivo en Andalucía, la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF) cuenta con 1335 estaciones de control (EC) por todas provincias salvo Almería.
Con todo la mosca del olivo, cuya generación de otoño ya está llegando a su fin en la mayor parte del olivar, ha tenido en general una presencia discreta en Andalucía. Según datos de la RAIF (https://externo-ssl-raif.cap.junta-andalucia.es/inicio) el porcentaje medio provincial de frutos con presencia de formas vivas de mosca es bajo, y por provincias a principios de octubre en Cádiz era del 2’1% en el 100% de las EC revisadas, en Córdoba el 2’3% en el 57% de EC, en Granada el 1’6% del 92’3% de EC, en Huelva el 1’2% en el 56% de EC, en Jaén el 1’4% en el 51’7% de las EC, en Málaga el 0’5% en el 55% de las EC y en Sevilla el 0’3% en el 28% de EC.
Esta incidencia es muy baja comparada con otros años anteriores y aunque se han llevado a cabo tratamientos insecticidas terrestres en Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla y tratamientos aéreos en Cádiz, Córdoba, Jaén y Sevilla a lo largo de todo el mes de septiembre, sin duda alguna el control más efectivo se produjo con motivo del intenso calor que hubo en toda la Comunidad Autónoma a mitad de agosto, que redujo fuertemente los efectivos. También la prolongada sequía, que ha mantenido los frutos arrugados en buena parte de la segunda mitad del verano e inicios de otoño, ha hecho poco apetecible la aceituna para que mosca haga la puesta en ella.
Todo lo cual hace prever que en términos generales no se vea afectada la calidad del aceite a causa de este agente.
No obstante, a lo largo de octubre han ido subiendo los índices de presencia y ataque, y ante lo arriesgado de realizar tratamientos fitosanitarios por la proximidad de la recolección, se recomienda adelantar la recogida de la aceituna como manera efectiva de mitigar los daños en la calidad del aceite.