INTRODUCCIÓN

 

En la actualidad se consumen 3,17 millones de toneladas de aceites de oliva en 199 países de los 5 continentes, la evolución de dicha magnitud en los últimos 20 años manifestó un crecimiento del 6,43 por ciento, comparando medias de los años 1990 – 2009 / 2009 – 2017.

No obstante, dicha evolución no ha sido similar por categorías de países. Si nos atenemos al grupo de países formado por Italia, Grecia, España, Túnez Jordania, y Portugal, todos grandes productores y consumidores, para el periodo de referencia han descendido en su consumo un 20 por ciento de media, 243 mil toneladas conjuntas por ejercicio, es decir, han experimentado un decremento de demanda, todo ello sin tener los efectos recientes de la pandemia.

Sin embargo, los países de mayor consumo, del grupo de los no productores -Reino Unido, Canadá, Alemania y Rusia-, experimentaron una expansión en la demanda de casi el 20 por ciento, lo que supone un incremento de 40 mil toneladas de consumo medio.

El resto de países consumidores (USA, Siria, Turquía, Marruecos, Francia, Brasil, etc.) experimentaron una evolución positiva en el consumo de aceite de oliva para el citado ámbito temporal de 416 mil toneladas conjuntas por campaña, aproximadamente un 30 por ciento de evolución positiva.

Por tanto, la tendencia estructural positiva del consumo para los últimos años del 6,43 por ciento encierra 3 distintos componentes, una estrepitosa caída del 20 por ciento de consumo en los grandes productores, todos ellos mercados muy maduros; un más que sostenido crecimiento registrado, tanto en los países no productores, como en el resto de países consumidores, que han sido, más que suficientes para neutralizar esa caída, y además, dotar de dinamismo positivo al consumo.

 

PRINCIPALES FUENTES DE PRESCRIPCIÓN. IDENTIFICACIÓN Y ANÁLISIS

 

No obstante, y a colación con los datos expuestos anteriormente, en adelante serán enumerados los principales factores que ejercen como vectores de prescripción en las preferencias del consumidor en la demanda aceites de oliva:

 

  1. Entorno general, es el más importante de los factores, pues el aceite de oliva es un producto de consumo por familiaridad o cercanía, ello hace que más del 88 por ciento de los aceites de oliva consumidos en el planeta, sea en los países productores. En los mismos las políticas de promoción suelen tener mejores efectos y mayor respuesta, a corto plazo, a la vez que requieren menos recursos.
  2. Contexto familiar, este ámbito es fundamental, pues nutre el consumo actual, a la vez que crea los futuros usuarios y demandantes de aceites de oliva. La franja poblacional de entre 30 y 45 años resulta vital, pues de ella depende el consumo futuro por el efecto educacional.
  3. Ámbito docente, el modo en que los profesionales de la enseñanza abordan el contenido del consumo de aceite de oliva es muy importante, sobre todo en las edades más tempranas, el poder de prescripción de estos profesionales en la explicación de las bondades y fomento de la demanda de aceite de oliva resulta fundamental.
  4. Personal sanitario, tanto los resultados de investigación, como la labor de prescripción de estos profesionales resultan ser especialmente valorados, sobre todo en ámbitos poblacionales de renta media alta, y mediana edad.
  5. Sector industrial de transformación alimentaria, entre el 75 y el 85 por ciento de la comida que consumimos, dependiendo del país, es preparada, por lo tanto, y a la vista de los datos la industria alimentaria (transformación, conservera, etc.) ejerce una labor fundamental en la elección y fomento del consumo de grasas animales y vegetales.
  6. La restauración, dependiendo del entorno, entre el 60 y el 80 por ciento de las personas reconoce comer al menos 3 días al mes fuera de casa, o consumir en casa alimentos elaborados fuera de ella. Estos datos se multiplican en el desayuno por 3. Por tanto, la influencia de la restauración, tanto en el uso de aceites de oliva crudos condimentando, como cocinados, resulta ser de vital importancia.
  7. Medios de comunicación y redes sociales, los medios de comunicación, especialmente a través de series, películas, etc. que, en su mayoría, casi 75 por ciento, proceden de Estados Unidos, muestran un entorno alimentario basado especialmente en la comida rápida. En lo referente a las redes sociales, en cierta medida secundan este contenido, sobre todo, en entornos de edad que incluyen la pubertad y la juventud, por lo que sus efectos perniciosos son duraderos y persistentes.
  8. Los influencers y celebrities, de forma general el conocimiento que presentan estos grupos en materia culinaria y alimentaria resulta no ser especialmente profunda, no obstante, el efecto de sus opiniones, conductas, o pautas de consumo tienen un elevado impacto en el comportamiento de los consumidores, y por ende en la demanda de los aceites de oliva.         

 

CONCLUSIONES Y REFLEXIONES FINALES   

Como colofón al presente trabajo, manifestar que la forma de incidir en el largo plazo fomentando el consumo de los aceites de oliva, pasa por fomentar el uso de los mismos en la elaboración de alimentos, tanto en la restauración, como en la industria alimentaria, buscar su utilización en el ámbito familiar y entorno general, a la vez de introducir un perfecto conocimiento del mismo en contextos como el sanitario y educativo, y por último, hacer que los aceites de oliva se encuentren presentes en los medios de comunicación y redes sociales, además de, consumido y ensalzado por personas de prestigio que ostenten algún tipo influencia positiva en su consumo. Para concluir, y aunque sea un elemento coyuntural o de corto plazo, el mantenimiento de un precio adecuado, estable y razonable, contribuye y ayuda a desarrollar los anteriormente mencionados ámbitos de prescripción.