De forma reciente el fraude existente en los distintos ámbitos de la vida, de forma general vinculado hasta ahora a los productos de lujo, ha pasado a formar parte como una actividad habitual en el ámbito agroalimentario.

Por fraude alimentario se entienden actividades fraudulentas que se caracterizan por su naturaleza intencional, incluido el objetivo de obtener beneficio económico, en la violación de las normas legales y a expensas del cliente inmediato o del cliente final.

El sistema de cooperación para prevenir el fraude alimentario entre países de la UE fue creado en 2015 y está gestionado por la Comisión, y es una herramienta para que los miembros de la Red de Fraude Alimentario de la UE intercambien información sobre incumplimientos y posibles infracciones intencionales de la legislación de la UE sobre la cadena agroalimentaria.

Se trata de un organismo que además de velar por evitar el fraude alimentario, también pone de manifiesto la información histórica necesaria al respecto recabada durante cada uno de los años naturales concluidos en un informe general para todos los países de la UE.

Según dicho informe, en 2019, se manifiesta un aumento constante en el número de sospechas de fraude. En tal año fueron 292 las infracciones advertidas en todos los países miembros de la UE, un 25 por ciento más que en 2018, y un 64 por ciento superior a los datos aportados para 2017.

En lo que respecta a las categorías de productos, los principales, son: Grasas y aceites, con un 15 por ciento, seguido de pescado y marisco, con un 14 por ciento, tras ello carne con un 13 por ciento, seguido muy de cerca por frutas y verduras, con casi un 10 por ciento y un largo etc. que completan el total de 292 identificaciones de fraude, entre los que se encuentran bebidas alcohólicas, pan, especias, productos ecológicos, miel, leche, etc.

Si nos referimos a los más adulterados, es el aceite de oliva el más notificado de todo el sistema, por lo tanto líder en fraude de acuerdo con los datos con que cuenta La Comisión, en lo referente a pescado, el atún rojo sigue siendo uno de los líderes en el ámbito del fraude, y para el entorno de la carne, la ternera también es líder de adulteración.