El Zinc (Zn) es un elemento esencial para las plantas y en general, para que los cultivos se puedan desarrollar adecuadamente se requieren concentraciones en hoja de entre 15-20 ppm sobre materia seca (Broadley et al., 2007). En el caso del olivo concentraciones a partir de 10 ppm, también sobre materia seca y concretamente para muestras recogidas en el mes de julio, se consideran adecuadas (Fernández-Escobar, 2008). Sin embargo no se dispone de datos sobre los niveles que pueden causar toxicidad en el olivo.

Figura 1: Síntomas de deficiencia de Zn en olivo. (De Andrés F., 1991).

De forma general, la deficiencia severa de Zn se caracteriza por necrosis del ápice de la raíz mientras que la deficiencia subletal de este elemento induce clorosis intervenal, el desarrollo de tintes de color marrón rojizo o bronce y una gama de respuestas similares a la deficiencia de auxina, como el acortamiento de los entrenudos («rosetas»), enrollamiento hacia adentro de la lámina de la hoja y reducciones en el tamaño de esta (Broadley et al., 2007).

En el caso concreto del olivo, los síntomas visuales de las deficiencias de Zn se reflejan en anomalías en el crecimiento, al producirse acortamiento de los entrenudos y reducción de la expansión foliar, creando las características rosetas (Fig. 1), lo cual se relaciona con un bloqueo en el metabolismo del IAA (ácido indolacetico) (Kirkby et al., 2004). Se trata este, de una hormona del grupo de las auxinas (hormonas del crecimiento). El IAA se produce predominantemente en las células del ápice (yema) y en las hojas muy jóvenes de una planta, lo cual explica que las deficiencias en Zn se expresen en forma de crecimientos anómalos.

La importancia del Zn se pone de manifiesto al tener influencia, como cofactor, sobre más de 300 enzimas que intervienen a muy diferentes niveles (Castillo et al., 2018). Así, se le relaciona con las actividades de enzimas como la hidrogenasa, que está implicada en el metabolismo del nitrógeno, lo que provoca una reducción en la síntesis de proteínas en plantas con deficiencia de Zn (Hafeez et al., 2013). También influye sobre la anhidrasa carbónica (enzima implicada en la regulación del pH, transferencia del CO2, intercambio iónico, la respiración, fijación fotosintéticas del CO2 y el cierre estomático). Además confiere estabilidad a los ribosomas, por lo que le da papel en la síntesis de proteínas y también en la síntesis del citocromo (proteína que interviene en la respiración celular). El zinc activa enzimas que intervienen en el metabolismo de los hidratos de carbono, el mantenimiento de la integridad de las membranas celulares, la regulación de la síntesis de auxinas, como ya se ha mencionado y la formación del polen (Escudero-Almansa et al., 2012) (Hafeez et al., 2013).

Se ha observado que el Zn influye en la tolerancia al estrés ambiental por calor o sales y que las deficiencias de este elemento pueden hacer más sensibles a las plantas a las infecciones fúngicas (Hafeez et al., 2013).

Para Hafeez et al. (2013) son varios los factores que afectan a la disponibilidad de Zn para las plantas.

A pH mayor de 6, la disponibilidad del Zn se va viendo reducida. En condiciones alcalinas, la menor disponibilidad de Zn se atribuye a la precipitación de este elemento en forma de Zn (OH)2 o ZnCO3.

Los suelos inundados son propensos a la aparición de deficiencias en Zn en las plantas, ya que en estas condiciones el Zn disponible es muy bajo y el que se absorbe, lo hace del entorno de la rizosfera, que es el entorno más próximo a las raíces y en donde se desarrolla la vida microbiana.

Por otra parte, el contenido de Zn en suelos aumenta con el contenido de materia orgánica. Los ácidos húmicos y fúlvicos tienen gran afinidad por el Zn2+. Los ácidos fúlvicos forman quelatos de Zn en un amplio rango de pH, favoreciendo la solubilidad y movilidad del Zn. Sin embargo, en suelos con alto contenido en materia orgánica pueden presentarse deficiencias de Zn, ya que este puede unirse a sustancias húmicas en estado sólido.

Las bajas temperaturas del suelo parecen afectar a la disponibilidad de Zn, al reducirse la tasa de mineralización de la materia orgánica.

Los suelos ricos en arenas suelen tener bajo contenido en Zn, mientras que aquellos con mayor proporción de arcillas tienen mayor capacidad de adsorción de Zn. Sin embargo, las arcillas del tipo ilita, con capacidad de intercambio catiónico más alta, fijan más fuertemente el Zn por lo que resulta poco accesible para las plantas.

El Zn puede presentar interacciones con otros elementos tanto positivamente como negativamente y tanto en el suelo como dentro de la planta. Los altos contenidos de fósforo en suelo inducen deficiencias de Zn, tanto si los fosfatos son de origen natural o se deben a la fertilización. Los mecanismos que determinan este comportamiento no están claros.

El N y el Zn pueden tener efectos sinérgicos, así los tratamientos en conjunto de N y de ZnSO4 se han visto más eficaces para mejorar las deficiencias de Zn, que cuando se trata exclusivamente con ZnSO4, lo cual se justifica por el hecho de que los iones amonio del fertilizante reduce el pH y mejora la absorción de Zn.

Calcio, magnesio y potasio inhiben la absorción de Zn de la solución del suelo por parte de la planta; sin embargo esto irá en función del tipo de sal en que se presenten estos elementos y con ello, el efecto que ejercen sobre el pH del suelo.

Por otro lado, cobre y zinc interactúan, limitando  la absorción de uno hacia el otro. Y en el caso del hierro y el zinc, hay trabajos cuyos resultados están encontrados.

 

BIBLIOGRAFIA

Broadley MR, White PJ, Hammond JP, Zelko I, Lux A (2007): “Zinc in plants”, New Phytol. 173: 677-702.

Castillo-González J, Ojeda-Barrios, DL, Hernández-Rodríguez A, González-Franco AC, Robles-Hernández L, Gustavo Rogelio López-Ochoa G (2018): “Zinc metalloenzymes in plants”, April, Interciencia, vol. 43, nº 4, pp. 242-248.

De Andrés Cantero F (1991): “Enfermedades y plagas del olivo”, Riquelme y Vargas Ediciones, Jaén, pp.71-72.

Escudero-Almanza DJ, Ojeda-Barrios DL, Hernández-Rodríguez OF, Sánchez Chávez E, Ruíz-Anchondo T, Sida-Arreola JP (2012): “Carbonic anhydrase and zinc in plant physiology”, Chilean Journal of Agricultural Research 72(1), January-march.

 

Fernández-Escobar R (2008): “Fertilización”, In: Barranco D, Fernández-Escobar R, Rallo L (Eds.), El Cultivo del Olivo, Mundi-Prensa, Madrid, pp. 299–336.

Hafeez B, Khanif Y, Saleem M (2013): “Role of Zinc in Plant Nutrition-A Review”, American Journal of Experimental Agriculture, 3(2): 374-391.

 

Kirkby E, Römheld V (2004): “Micronutrients in Plant Physiology: Functions, Uptake and Mobility”. Proceeding 543. International Fertilizer Society. Colchester, UK. 52 pp.

 

Juani Nieto – Olivarum