La Fundación Caja Rural de Jaén ha presentado el resultado final de la restauración de la casulla del Arca de la Alianza de la Santa Iglesia Catedral de Jaén. Una pieza textil que se podrá visitar en el Espacio ‘La Rural’, ubicado en la oficina principal de la Caja Rural de Jaén (Paseo de la Estación, 3), durante las próximas semanas.
El acto de presentación ha contado con la presencia del gerente de la Fundación Caja Rural de Jaén, Luis Jesús García-Lomas, quien ha estado acompañado por el deán de la Catedral de Jaén, Francisco Juan Martínez, y la restauradora encargada de la recuperación, Laura Pol. “Esta restauración preserva una pieza de gran valor histórico y religioso, al mismo tiempo que permite a futuras generaciones apreciar su simbolismo”, ha remarcado García-Lomas.
La casulla, pieza central de esta restauración, está confeccionada en raso de seda de color crema y adornada con bordados en plata sobredorada, lentejuelas, mingos, canutillos y cordoncillos dorados. En ambas caras, de forma simétrica, se encuentran estos intrincados bordados que enmarcan el motivo principal: el Arca de la Alianza, elaborado con hilos de seda policromada y plata. El forro, que no es el original, corresponde a una sarga de algodón de color salmón.
El deán de la Catedral de Jaén ha explicado que “el Arca de la Alianza simboliza la presencia de Dios, representada por un recipiente rectangular que contiene las tablas de la ley que recibió Moisés en el monte Sinaí. Sus atributos más reconocibles son el oro que la recubre y los dos querubines que la acompañan”.
El estado de conservación de la casulla antes de la intervención era sumamente delicado. El paso del tiempo y el uso constante habían provocado numerosas patologías, entre las que destacaban el deterioro del tejido de seda, con roturas y pérdidas de material significativas, y el oscurecimiento del bordado debido a la suciedad y la oxidación del metal. Además, la incorrecta colocación del forro había generado deformaciones y tensiones en el tejido, alterando su perímetro original.
La restauración se ha llevado a cabo siguiendo criterios básicos de actuación internacionalmente aceptados en el campo de la restauración textil. Las operaciones realizadas se centraron en “la mínima intervención necesaria para mantener el equilibrio de la pieza, garantizando la reversibilidad de los tratamientos y la estabilidad de la obra sin causar nuevas alteraciones”, ha destacado Laura Pol, a lo que ha añadido que “las reintegraciones se hicieron de manera que los materiales aplicados fueran claramente distinguibles de los originales, asegurando así la legibilidad de la intervención”.
Proceso de restauración
Las fases del proceso de restauración incluyeron una documentación inicial del estado de conservación, la retirada del forro actual, una limpieza mecánica mediante microaspiración del anverso y reverso, y la rehidratación controlada con vapor frío para devolver la elasticidad a las fibras. Además, se realizó una limpieza del bordado con el disolvente adecuado, eliminación de restos de cera, eliminación de intervenciones anteriores, y selección y tinción de nuevos materiales para el tratamiento. La consolidación del tejido base se llevó a cabo mediante la colocación de soportes locales y la fijación de elementos sueltos. También se encapsularon algunos elementos del bordado para su protección y se colocó un nuevo forro.