Sandra Aza es abogada y ejerció el derecho durante años antes de ingresar en la Comunidad de Madrid, donde trabaja en la actualidad. Apasionada de la historia y se declara enamorada de Madrid, siempre dedicó sus letras a redactar escritos judiciales. Libelo de sangre es su primera novela y el resultado de una singladura que ya tiene un largo camino tras de sí.
Trabajó años en el prestigioso bufete Uría, pero lo dejó para cumplir su sueño: escribir una novela de intriga en el Madrid del siglo de Oro. ‘Libelo de Sangre’ tiene mucho de derecho inquisitorial, una de las pasiones de la autora.
Libelo de Sangre (Editorial Novacasa) es el primer libro de Sandra Aza (48 años), una abogada de éxito que trabajó durante diez años en Uría y que decidió abandonar su carrera para dedicarse a su mayor pasión, la literatura.
Cuatro años ha tardado en terminar el libro y otros muchos le costó animarse a hacerlo, pero por fin el resultado ya está a la venta: una novela negra que se desarrolla en el Madrid del siglo de Oro y que engancha al lector a través de una adictiva trama, la persecución de los judíos en España por el Tribunal de la Santa Inquisición.
Sandra estudió Derecho en la Complutense, pero con 17 años ya estaba trabajando como secretaria en Uría, siempre le gustó escribir, así que acabó redactando documentos jurídicos en el departamento de Derecho Procesal.
Apasionada de Felipe IV, del conde duque de Olivares, del duque de Lerma. Atraída por el derecho inquisitorial, los procesos jurídicos que llevaban a condenar a muerte en la hoguera a un infiel.
Diez años estuvo en Uría, pero antes de sentarse ante el folio en blanco decidió sacarse una oposición a funcionaria de la Comunidad de Madrid. Hoy trabaja en la Consejería de Hacienda con un horario que le permite escribir.
Sandra dice que su novela le ha robado tiempo con sus seres queridos, su marido, familia y amigos, pero el esfuerzo ha merecido la pena. Ha ido muchísimo a la Biblioteca Nacional… Estaba tan metida en el libro que llamaba a la gente ‘vuestra merced'».
Antes de animarse con el libro, que se atrevió a mover por editoriales después de un viaje a Yamalia (Rusia), el puro fin del mundo y, donde conoció a una persona que le puso en contacto con el mundo de las letras, Sandra Aza tocó en un grupo de música, hizo teatro… De la carrera más recta, el Derecho, también salen artistas y humanistas como ella.
Su libro, a pesar de la pandemia, se está vendiendo muy bien. Ya estoy escribiendo la segunda parte que pronto verá la luz..